Creemos que es importante que ambas partes elijan al abogado que mejor se adapte a sus necesidades, ya que el abogado defenderá sus intereses y el cliente debe confiar en él para que ambas partes lleguen.
Este profesional del derecho debe saber gestionar nuestras consultas con la atención y el cuidado únicos que se le dan a cada caso. Legalmente nunca existe una varita mágica que pueda aconsejar a todo el mundo, pero aquí hay que analizar las circunstancias personales de esa persona, hechos y factores externos que pueden pasar en los próximos meses.
A continuación enumeramos brevemente los consejos que creemos necesarios para hacer una mejor elección a la hora de elegir un buen abogado en Madrid y contratar sus servicios.
Experiencia
Una vez que un abogado ha aprobado todos los trámites vigentes y está registrado en un colegio profesional, debe tener al menos un título universitario en derecho, una maestría para ingresar a la profesión de abogado; además, aprobar el examen nacional de ingreso, aunque el cargo que va a desempeñar vaya a ser en la parte privada. .
Al realizar el examen nacional, los futuros abogados pueden elegir entre varias ramas o materias: derecho civil y comercial, derecho administrativo, derecho penal o derecho laboral y de la seguridad social.
Una vez que apruebes el examen, podrás representar a quien quieras ante los tribunales de cualquier jurisdicción: civil, administrativa, penal o social.
Cuanto más tiempo haya estado en la industria, mejor sabrá cómo actuar en ciertas situaciones.
Un abogado en principio puede manejar todos los casos que quiera, porque un abogado es un defensor de los derechos, por lo que no puede concentrarse en uno solo de ellos. Sin embargo, no estar especializado le puede reportar una serie de carencias. Si me han despedido y quiero reclamar, lo mejor será contratar un abogado especialista en despidos, puesto que sabrá perfectamente qué hacer.
Selecciona a un abogado que disponga de un buen equipo de trabajo
Estas carencias que mencioné anteriormente pueden subsanarse fácilmente si el abogado se apoya en otros profesionales que se especializan en otras áreas fuera de su control. En estos casos, debe llamar a su pareja para que le asesore adecuadamente, ya que se trata de una mediación laboral previa al juicio.
Proximidad geográfica
Aunque no es necesariamente el factor decisivo, en la mayoría de los casos es recomendable contratar a un abogado en su área para que brinde los servicios.
Efectivamente, en ocasiones para temas muy concretos, podemos acudir a un abogado especialista en ese tema. Pero esto solo se aplica a cuestiones previas al juicio específicas.
A la hora de asesorar a tu empresa o negocio de forma continuada, es recomendable concertar una entrevista personal cerca de tu ubicación y poder acompañarte en los diferentes trámites que tengas que realizar.
Confianza: Establece una primera toma de contacto con él
Una vez que haya reducido su decisión a unos pocos bufetes de abogados que cumplan con sus expectativas, es una buena idea programar una entrevista o una primera consulta con ellos.
Durante su primera consulta, debe buscar confianza y empatía. Vean si se entienden, de lo contrario cada una de sus personalidades chocará constantemente.
Durante la primera visita, presenta tu caso y tus inquietudes para que puedas observar cómo tus futuros defensores manejan estos temas, qué estrategia recomiendas seguir si conectas con este caso. El primer contacto es crucial para generar buenas expectativas y poder confiar en esa persona.
Presupuesto
Al contratar cualquier servicio, no solo nos fijamos en las expectativas que genera, sino también en la confianza que genera en nosotros.
También habrá que ver si se puede cubrir el presupuesto del abogado para sus honorarios. Aquí, no podemos decir que los servicios baratos pueden ser caros como otros sitios. La libertad de precios se ha convertido en una realidad y cada uno puede determinar la cantidad como mejor le parezca.
El precio nunca ha sido sinónimo de un gran servicio. Incluso sucede en el mundo de la tecnología donde a veces un dispositivo con mejores características cuesta menos que otro por el simple hecho de que no tiene una “marca”. El marketing también cuesta dinero.